Cuando era una niña me gustaba mucho practicar deporte. Pero esto hizo que muchos compañeros me hiciesen bullying por “marimacho”.

Por eso mis padres decidieron apuntarme a judo para poder enfrentarme a mis compañeros.

En esa época ya tuve esa mala experiencia, pero es que además la zona en la que vivo, cerca de La Cañada Real, era (y sigue siendo) una zona peligrosa. Me sentía vulnerable e insegura  y sin la capacidad de defenderme.

Ahí fue cuando tomé la decisión de empezar cursos de defensa personal y descubrí que no solo hay formas prácticas y sencillas de actuar ante un ataque, ¡sino que también podemos prevenirlo!

Y desde ese momento, el número de mujeres que han confiado en mí y han cambiado su vida para siempre no ha parado de aumentar.

Y esto es justo lo que te voy a enseñar en este desafío, a crear esa rutina de prevención y defensa que te va a acompañar en cada salida para que dejes de sentirte vulnerable en la calle.

¡Bienvenida a la comunidad de superheroínas!